MALTA
DEL 8 AL 11 DE FEBRERO DE 2020
SÁBADO
8 SEVILLA MALTA
Este
viaje lo hicimos con nuestros amigos Pepe y Ana de Ubrique, y fue una
oportunidad para compartir una experiencia en esta hermosa isla. Volamos desde
Sevilla y llegamos al aeropuerto internacional de Malta por la tarde debido a
un retraso por la niebla, y ya a la llegada se nos planteó una de las grandes
dudas, conducir por la izquierda. Cogimos el coche y la experiencia fue aceptable
ya que no tuvimos ningún percance y en poco tiempo nos hicimos con la
conducción. Debido a la hora nos desplazamos hasta nuestro hotel Seashells, un
poco retirado de la capital pero a pocos minutos en coche.
Después de hacer
el check in en el hotel nos dirigimos hasta Mdina. Se trata de una pequeña ciudad
amurallada situada sobre una colina, por cuyo enclave pasaron los fenicios, los
romanos y los musulmanes, En la Edad Media fue lugar de residencia de la
aristocracia maltesa que la denominó la Ciudad Noble. Tras la llegada de los Caballeros
de San Juan y el traslado de la capitalidad a nueva ciudad de La Valeta, Mdina
perdió importancia.
Ahora también
conocida como la Ciudad del Silencio, en Mdina encuentras un lugar con enorme
encanto, con mezcla de arquitectura medieval y barroca, y con numerosos
palacios e iglesias dispersos por sus callejones.
Nuestra visita fue
corta pero intensa, recorrimos toda la ciudad anocheciendo, y pudimos entrar
en la Catedral de San Pablo.
Edificio levantado
en el siglo XVII, en el interior de la catedral de San Pablo sobre todo te
llamará la atención su suelo cubierto con placas de mármol que cubren las
sepulturas de obispos y clérigos de la iglesia.
Después de
recorrer toda la ciudad nos acercamos a sus murallas para ver una panorámica
desde esta altura privilegiada.
DOMINGO
9 MARSAXLOKK – PISCINAS DE SAN PEDRO – ROTONDA DE MOSTA – LA VALETTA
En la parte sureste de Malta, a orillas
del mar, se encuentra el pueblo de
pescadoras más tradicional y auténtico de la isla: Marsaxlokk. Esta
pequeña villa de pescadores fue uno de los primeros asentamientos de Malta y su
puerto uno de los principales núcleos comerciales de la isla. Nos dirigimos a
primera hora en domingo porque hay un mercadillo que recorre toda la zona de
los barcos.
Sin duda la imagen más característica
de este lugar son las barcas de
Marsaxlokk, pequeñas embarcaciones de colores que decoran el puerto y
aportan a este pueblo un encanto único. Paseando por el muelle es bastante
común ver cómo los pescadores locales arreglan sus redes, reparan
sus barcas o limpian pescado. ¡Pura esencia maltesa!
Además de su pintoresco puerto, hay
muchas más cosas que ver en Marsaxlokk. La iglesia de Nuestra Señora de Pompeya, que preside la plaza
principal, es otro de los iconos de este pueblo de pescadores. Destacan su
cúpula rojiza y su fachada del siglo XIX
Uno de los principales atractivos de
Marsaxlokk son sus famosas barcas de colores. Se trata de pequeñas embarcaciones llamadas luzzu
atracadas en el muelle y pintadas con colores muy vivos que contrastan con el
azul del mar.
Estas barcas pintadas de rojo, amarillo
y azul tienen un elemento común: el ojo
de Osiris. Los pescadores locales creen que este elemento de Egipto,
también llamado Horus, los protege de los imprevistos del mar y ahuyenta la mala suerte. El ojo de
Osiris se ha convertido en todo un símbolo de Malta.
Después de pasear buscamos un
restaurante que daba al mar para almorzar y la experiencia fue muy agradable.
A tan solo 10 minutos en coche de Marsaxlokk
teníamos nuestra siguiente parada St. Peter’s Pool (Piscinas de San Pedro). Dejamos
el coche y nos desplazamos andando por un camino entre asfaltado y de piedra.
El Mediterráneo ha formado una bahía en
la que, poco a poco, el mar ha ido ganando terreno a la roca formando una
especie de piscina de lo más natural. Se trata además de un escenario de gran belleza. Es como si
en este punto del litoral faltara un pedazo inmenso de acantilado que da lugar
a un espectacular entrante de roca caliza rodeado de matorral bajo. Un paraíso totalmente virgen, donde sólo
se ha instalado una pequeña escalera para ayudar a los bañistas a regresar a
tierra firma después de darse un chapuzón.
Nuestra siguiente parada estaba en
Mosta para visitar la Rotonda, para ello nos dirigimos hasta el centro de la
isla a unos 22 kms, llegamos atardeciendo por lo que pudimos disfrutar del
atardecer y anochecer de este gran monumento.
Sin duda, su mayor atractivo turístico
es la Rotonda de Mosta, posee la mayor
cúpula de Malta y es la tercera más grande de Europa. Fue construida en
el siglo XIX y está inspirada en el Panteón de Roma. En las paredes de la
Rotonda, podrás encontrar brillantes y luminosas pinturas de suelo a techo.
También destaca el púlpito, construido de madera y de pié, que llama la
atención por no estar sujeto al suelo como es habitual en otras iglesias.
Una de las principales atracciones de
esta edificación, es la llamada ‘bomba milagro’. En 1942, durante un ataque
aéreo en la Segunda Guerra Mundial, una bomba de 200 kg calló sobre la cúpula pero
nunca llegó a explotar. En ese momento, 300 personas se encontraban dentro de
la Rotonda buscando refugio. Actualmente una réplica, pues la original no
existe, se exhibe en la parte posterior de la Iglesia, en la Sacristía.
Como otros datos curiosos, en frente de
la Iglesia te encontrarás con un cañón que según creencias maltesas vela por su
seguridad. Además, podrás fijarte que en la fachada de la Rotonda se encuentran
dos relojes con diferentes horas, según cuenta la leyenda uno de ellos posee la
hora correcta y el otro la hora equivocada para confundir al mismo diablo.
Después de tomar café, nos dirigimos a
la capital la Valeta a tan solo 12 kms de Mosta por lo que pudimos contemplarla
de noche; tuvimos mucha suerte ya que era las fiestas patronales y estaba toda
la ciudad engalanada.
La Valeta es la capital de Malta, sin embargo es una localidad relativamente pequeña ya que sólo viven en ella unas
siete mil personas.
El nombre de la capital maltesa se puso
en honor de Pean Parísot de la Valletta,
Gran Maestro de la Orden de los Caballeros
de San Juan, que fue el que hizo reconstruir
la ciudad una vez consiguieron expulsar a los turcos a mediados del
siglo XVI. Puede que hayas visto el nombre escrito de diferentes maneras, en español muchas veces se conoce como La Valeta.
Como todo estaba cerrado nos dimos una
vuelta por el centro, pasamos junto a la Concatedral de San Juan. Esta
catedral fue diseñada en 1578 por Gerolamo Cassar y antiguamente era la iglesia de los caballeros de la orden de San
Juan, ofrece una arquitectura exquisita del período barroco.
Nuestro paseo nos llevó por las
principales calles de la ciudad y pudimos contemplar una gran cantidad de
templos. Los malteses engalanan el exterior de sus iglesias con luces de colores, exhiben objetos de plata y
de oro y sacan la estatua de su patrón en procesión.
El ambiente se completa con la
decoración de las casas de los vecinos (guirnaldas, pancartas y banderas), la
actuación de la banda o las bandas de música, a veces rivales de la misma
ciudad (costumbre de origen británico), y una magnífica demostración de fuegos
artificiales.
LUNES 10 ISLA DE GOZO
Hoy nos dirigimos a la Isla de Gozo,
por lo que tuvimos que desplazarnos desde el hotel hasta la terminal de
Cirkewwa al norte de la isla a unos 16 kms. No tendrás que pagar nada de camino
a la isla de Gozo, sólo pagarás a la vuelta (20€ por un vehículo y dos
personas). El viaje dura unos 20 minutos y hay ferries todo el día.
Una vez en Gozo visitamos Victoria, la
ciudad más grande de la isla. Aparcamos y nos dirigimos a la Citadela, situada
en la cima de una colina. Construida en un enclave con un gran valor
estratégico, desde ella se puede contemplar la totalidad del horizonte de Gozo,
ofreciendo unas fantásticas vistas sobre el territorio gozitano.
Las obras de esta fortificación dieron
comienzo en la Edad de Bronce, si bien ha sido objeto de continuas
renovaciones, como la reconstrucción llevada a cabo por los Caballeros de San
Juan entre 1599 y 1603. En los últimos años se han llevado a cabo diversos trabajos
sobre la estructura y hoy en día la Ciudadela no sólo luce un nuevo lustre,
sino también un centro de visitantes,
que ha sido recientemente inaugurado.
Por la tarde, nos
dirigimos al noroeste de Gozo, en Dwejra. Por ser el lugar donde se ubicaba la
famosa Ventana de los Azules (que se derrumbó).
Incluso si la
Ventana Azul ya no existe, hay muchas otras cosas que ver allí, como el Mar
Interior, el Agujero Azul Profundo y la Roca de los Hongos.
Dwejra es también
un lugar famoso entre los amantes de Juego de Trono: algunas escenas de la serie de televisión fueron rodadas allí.
A pocos kilómetros de Dwejra encontramos el Santuario Nacional de la Virgen de
Ta 'Pinu es una iglesia parroquial católica y basílica menor situada a unos 700
metros (2.300 pies) de la aldea de Gharb en la isla de Gozo. La iglesia está
dedicada a la Virgen de Ta' Pinu. La basílica se encuentra en un campo abierto
que permite a los visitantes disfrutar de hermosas vistas de la zona.
En 1883, una mujer de Gharb, Karmni
Grima, oyó la voz de Nuestra Señora en la pequeña capilla que ocupaba ese
lugar. Rápidamente se convirtió en un centro de peregrinación, y los visitantes
inundaron la pequeña iglesia.
El monumental altar dedicado a Nuestra
Señora de Ta’ Pino fue construido entre 1920 y 1931. Es una obra maestra
arquitectónica, especialmente sus soberbias estatuas y el trabajo en la piedra
maltesa. El santuario fue construido enfrente de la capilla original. La
capilla permanece intacta detrás del altar, y todavía tiene el cuadro de la
Asunción de Nuestra Señora a los Cielos, de donde Karmni Grima afirmó que
provenía la voz.
El Papa Juan Pablo II celebró una misa
en el santuario durante su visita a la isla de Gozo, el 26 de mayo de 1990. El
18 de abril de 2010, al visitar Malta, el Papa Benedicto XVI donó y colocó una
rosa de oro frente a la imagen devocional de Nuestra Señora de Ta 'Pinu que fue
traída desde Gozo a Malta para esta ocasión especial.
Las salinas de Qbajjar fue el último
sitio que visitamos en nuestra visita a la isla de Gozo en coche. Situadas
cerca de la localidad de Malsalforn, al noroeste de la isla, estas salinas con
más de 300 años de antigüedad (algunos dicen que son de la era de los
romanos), aún se siguen explotando de la misma forma que antaño.
Generación tras generación, los
herederos de estas calizas han obtenido sal por el método más antiguo, dejar
que el agua salada se evapore y se concentre la sal. Para ello, se construyeron
celdas, que no son más que eso, celdas con paredes de unos 20cm en las que entra
el agua salada del mar. Esta agua, al evaporarse, deja atrás la sal o salmuera
que cuidadosamente recogen, guardan en cuevas cercanas y refinan quienes
trabajan las salinas de Qbajjar hoy en día.
Desde allí nos dirigimos a la terminal
pero tuvimos que esperar un par de horas para poder acceder al ferry, ya que
había mucha gente de Malta que se habían desplazado hasta esta pequeña isla por
la festividad.
MARTES 11 LA VALETA
Hoy dedicamos todo el día a la capital, la Valeta, y
ahora teníamos la oportunidad de verla de día. Cogimos el coche y aparcamos en
el centro en el parking MCP, desde allí nos movimos por el centro por la calle de la República y de los
comerciantes son los mejores lugares para encontrar tiendas de recuerdos con
imanes, postales, camisetas de «I love Malta» y la emblemática estatuilla de un
caballero de la Orden de Malta.
Mientras caminas por la calle, también
encontrarás un montón de joyeros: Los artesanos malteses son famosos por su filigrana
de oro y plata. Algunas de las obras son particularmente impresionantes.
Paseando por el centro pasamos por la Concatedral de
San Juan a la que pudimos fotografiar de día.
Fuimos bordeando la capital y llegamos a los Jardines
del Lower Barrakka, cerca del Fuerte de San Telmo.
Más pequeño que su hermano mayor, vale especialmente
la pena echar un vistazo a dos cosas:
El pequeño templo neoclásico, dedicado a Alexander
Ball, el caballero que dirigió a los malteses en la guerra contra los
franceses.
El Memorial de la Guerra de la Campana de Asedio, a
menudo llamado simplemente «La Campana» es un monumento muy fotogénico, con el
mar y las Tres Ciudades al fondo.
Las vistas que se tiene sobre las tres ciudades de
enfrente son inmejorable.
Era la hora de comer y uno de los mejores lugares era el
zoco o mercado de La Valeta, también conocido como «Mercado cubierto», es un
mercado de abastos del siglo XIX. Es
notable por ser el primer edificio en Malta construido principalmente de hierro,
aquí encuentras una variedad grande de restaurantes y la comida te la exponen a
la vista por lo que pudimos almorzar muy bien.
En nuestro recorrido hasta el zoco nos topamos con
algunas de las calles que visitamos de noche, estando acumulada las figuras que
estaban recogiendo para el año próximo.
Después de comer nos dirigimos al Upper Barrakka
Gardens (Jardines superiores de Barrakka), un jardín situado en el centro de La
Valeta para asistir a una de las mayores atracciones de la capital.
Con vistas al Gran Puerto, el Upper Barrakka Gardens,
con sus numerosos arcos, bancos y macizos de flores, ofrece una vista
impresionante de las Tres Ciudades.
Es un lugar muy agradable para descansar un poco
durante el día.
Debajo de los jardines se encuentra la Batería de
Saludos. Una vez utilizados para recibir a los barcos extranjeros, los cañones
han sido restaurados para traer un poco de folclore a tu visita a la ciudad. Todos
los días a las 12:00, una salva es disparada por gente con trajes históricos.
Desde aquí hay unas vistas impresionantes de las tres
ciudades. Podemos apreciar el Fuerte de San Angelo en Vittoriosa.
La ciudad de Copiscua.
La ciudad de Senglea.
Desde el Upper Barraka Gardens, podemos visitar las
Tres Ciudades.
Para ir allí, tomamos el ascensor desde el jardín (bajar
es gratis, volver a subir también es gratis si muestras tu billete de barco de
las Tres Ciudades), cruza la calle y sigue por la izquierda. Llegarás al lugar
de salida del barco.
Un viaje de ida y vuelta a las tres ciudades cuesta 2,80€
y tarda unos 10 minutos de ida y vuelta con el ferry. El ferry te llevará a Vittoriosa
(también llamada Birgu en maltés), una de las tres ciudades, junto con Senglea
y Cospicua. Todas ellas ofrecen magníficas vistas sobre La Valeta y se pueden
visitar fácilmente a pie. Nosotros cogimos el barco por la tarde y estuvimos paseando por
Vittoriosa, por sus calles, descubriendo esta encantadora ciudad.
Regresamos de noche por lo que teníamos unas vistas
impresionantes.
Al día siguiente teníamos nuestro vuelo de vuelta y
nos quedó muy buen sabor de boca de esta pequeña isla del Mediterráneo: Malta.