lunes, 7 de agosto de 2023

VIAJE A MARSELLA DEL 12 AL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2022

 

LUNES 12 DE SEPTIEMBRE SEVILLA MARSELLA

Hacía bastante tiempo que no salíamos de España, y queríamos aprovechar nuestro aniversario de boda y el santo de Mari para hacer esta escapada.

El vuelo era directo entre Sevilla y Marsella y deberíamos llegar a Marsella sobre las 16 h de la tarde, pero debido a un retraso llegamos a las 19 h, por lo que prácticamente nos pudimos aprovechar la tarde, cogimos el coche en el aeropuerto y nos dirigimos a nuestro apartamento en el centro, desde donde nos movimos a diferentes puntos de la Provenza francesa.

 

MARTES 13 DE SEPTIEMBRE MARSELLA – GORDES – AVIGNON – MARSELLA

Nos levantamos temprano como solemos hacer cuando viajamos y nos dirigimos hacia Gordes, a unos 93 kms, que nos llevó una hora y cuarto. Cuando llegamos tuvimos que aparcar a la entrada del pueblo, ya que es prácticamente imposible hacerlo dentro., y nos encontramos con un mercado de comida y productos de la zona.


Desde el Valle del Ca­la­von, Gor­des ofre­ce una ima­gen im­bo­rra­ble. Ni pin­to­res­ca ni exó­ti­ca, pues el mo­de­lo se re­pi­te por todo el sur de Fran­cia y por Ita­lia en­te­ra. Es el tí­pi­co pue­blo me­die­val, ele­va­do y for­ti­fi­ca­do, que ha con­ser­va­do su esen­cia y su be­lle­za.

Es una de las gran­des pos­ta­les de la Pro­ven­za, si no de Fran­cia en­te­ra. Y es así por­que es una pos­tal que le gusta a todo el mundo. Tiene todos los in­gre­dien­tes para triun­far:

Un pue­blo col­ga­do de una co­li­na, aso­ma­do a ella, entre un pai­sa­je de va­lles y mon­ta­ñas.

Un pue­blo cons­trui­do a base de pie­dra clara y uni­for­me, que le da un as­pec­to rús­ti­co, an­ti­guo y aco­ge­dor.

Un pue­blo co­ro­na­do por una igle­sia y un cas­ti­llo mo­nu­men­tal. Desde el año mil se habla en las cró­ni­cas del for­mi­da­ble cas­ti­llo de Gor­des, for­ta­le­za casi inex­pug­na­ble. Aun­que poco se sabe de su an­ti­guo as­pec­to. En el año 1541, ya en tiem­pos del Re­na­ci­mien­to, mien­tras Fran­cis­co I cons­truía es­tram­bó­ti­cos cas­ti­llos-pa­la­cio, un noble local, Ber­trand Ram­baud Si­mia­ne, re­cons­tru­yó el Cas­ti­llo de Gor­des, El cas­ti­llo tiene una plan­ta ex­tra­ñí­si­ma: rec­tan­gu­lar, sor­pren­den­te­men­te del­ga­da. Si­mia­ne dejó la fa­cha­da norte como es­ta­ba.. La fa­cha­da es un enor­me muro y en sus pisos bajos ca­re­ce de ven­ta­nas. La parte alta ha sido tras­to­ca­da por la obra pos­te­rior,  y le han sido aña­di­das ven­ta­nas de­co­ra­ti­vas. Pero en sus la­te­ra­les tiene dos enor­mes to­rreo­nes de­fen­si­vos con ma­ta­ca­nes en su parte su­pe­rior. Nada re­ve­la su ca­rác­ter me­die­val mejor que eso.

 

Después de almorzar y de probar alguna comida propia del mercado nos dirigimos a Avignon a 39 kms que nos llevó unos 45 minutos. Como teníamos poco tiempo decidimos coger el tren turístico que recorre todo el casco antiguo y puedes disfrutar de un paseo por las principales calles y construcciones del centro.


Aviñón, en el departamento de Vaucluse, fue la ciudad de los Papas de 1309 a 1376 y está repleta de historia. El centro histórico es patrimonio de la UNESCO y el casco antiguo ha conservado un impresionante testimonio de su pasado. Protegida por murallas, alberga sobre todo el emblema de la ciudad: el palacio de los Papas.

Este magnífico monumento gótico, abierto al público, data del siglo XIV. Se compone del palacio viejo de Benedicto XII, construido entre 1334 y 1342, y del palacio nuevo de Clemente VI, edificado entre 1342 y 1352. La enorme plaza del Palacio también está rodeada por otros edificios prestigiosos como el Pequeño Palacio, que es la antigua residencia de los arzobispos. Erigido entre los siglos XIV y XVIII, este elegante edificio de cerca de 3000 m² alberga en la actualidad un museo. En él se exponen pinturas italianas de los siglos XIII al XVI, como La Virgen y el Niño de Botticelli, así como esculturas románicas y góticas. También podrá contemplar el palacio de la Moneda con su preciosa fachada barroca del siglo XVII, donde están representados águilas y dragones, y visitar la catedral de Nuestra Señora de Doms, levantada en el siglo XII y remodelada en los siglos XV y XVII. De estilo románico provenzal, alberga una magnífica cúpula románica, una silla episcopal de mármol blanco y las tumbas góticas de los papas Juan XXII y Benedicto XII. En el exterior, si levanta la vista, podrá ver la inmensa estatua dorada de la Virgen en lo más alto del campanario.

 MIERCOLES 14 DE SEPTIEMBRE MARSELLA – AIX EN PROVENCE – MARSELLA

Hoy nos dirigimos hasta Aix en Provence una ciudad universitaria a 33 kms de Marsella, nos cogió un día lluvioso pero no fue excusa para disfrutar de esta ciudad de origen romano con muchas fuentes, las cuáles se encuentran en todas la plazas y hacen reverberar el sol mediterráneo que se estrella contra las fachadas blancas. El encanto del sur se une a la cultura y los festivales, a la magia de los pintores impresionistas y a esa presencia del agua, – a pesar de ser una ciudad de interior -, tan deseada y agradable en el caluroso verano mediterráneo. Nada más llegar y acercarnos a la Oficina de turismo que está situada en el 300 Avenue Giuseppe Verdi, en pleno centro de Aix.   

Al salir de la oficina de turismo nos encontramos con la Fuente de la Rotonda; es uno de los monumentos más famosos, incluso más emblemáticos, de Aix-en-Provence. Desde 1860, fecha de su inauguración, la Fuente de la Rotonda domina la plaza del mismo nombre desde una altura de 12 metros y es el punto culminante del no menos famoso Cours Mirabeau. Su cuenca, de 32 metros de diámetro, está decorada con 12 leones de bronce que parecen hacer guardia. En la parte superior de la fuente, tres "gracias" miran en tres direcciones diferentes: la justicia hacia Aix, el comercio y la agricultura hacia Marsella y las bellas artes hacia Aviñón.

Continuamos nuestro recorrido por el centro histórico y descubrimos el primer edificio gótico de la Provenza, la iglesia Saint-Jean-de-Malte, se erigió a finales del siglo XIII. Antiguamente ubicada fuera de la ciudad, fue construida sobre los restos de una antigua capilla de los Hospitalarios. Ahora ocupada por la Fraternidad de los Monjes Apostólicos, la iglesia está abierta regularmente y revela a los visitantes una arquitectura única que seduce con su impresionante luminosidad.


Detrás de una fachada bastante austera con un gran rosetón de cuatro metros, el interior también es muy sobrio. Sin embargo, es posible descubrir grandes pinturas de maestros como la Resurrección de Cristo de Louis Finson, La apoteosis de San Agustín de Michel Serre o Cristo en la cruz de Eugène Delacroix.

Siguiendo con nuestro camino nos encontramos con la Fuente des Bagniers que fue obviamente renovada y cambiada en varias ocasiones. La fuente de agua caliente que llegaba hasta ahí fue usada desde otra fuente del centro de la ciudad en 1685. Esta se colocó pegada a un edificio para facilitar el paso de los peatones y de las primeras carrozas. Luego se empezaron a usar las aguas calientes en otro lugar y la fuente pasó a ser de agua fría. Los ángeles y la pila de mármol son de esta época. Pero el retrato del pinto de Aix Paul Cézanne es de bronce, y fue dibujado por otro artista famoso de la región, Auguste Reno. Fue una donación de un galerista de la ciudad al ayuntamiento en 1926.


A continuación pasamos por la plaza Albertas es una pintoresca plaza barroca en Aix en Provence. En su parte central hay una fuente de 1912. La plaza está rodeada por una fachada de tres pisos del antiguo palacio de las Albertas.  La familia Albertas llegó a Aix en Provence en el siglo XVIII. Sus miembros se sentaron en el parlamento. En 1724, Henri d'Albertas contrató al arquitecto Laurent Vallon para crear una nueva fachada para su residencia. Unos años más tarde también compró casas frente al palacio y las demolió para crear una plaza abierta en un lado. A mediados del siglo XVIII, su hijo, Jean-Baptiste d'Albertas, prosiguió las obras de construcción del palacio y la plaza.  Las casas de la plaza tienen rasgos del barroco provenzal. En las partes bajas tienen grandes ventanales y paredes decoradas con oxidación, fachadas más altas regulares y simétricas con pequeños balcones debajo de las ventanas. En 1912, los estudiantes de la escuela de arte local diseñaron una fuente de metal en forma de cuenco sobre una pierna delgada. Está conectado armoniosamente con los edificios de la plaza. 

Nuestra siguiente parada fuel la Catedral de San Salvado clasificado monumento histórico, se encuentra en el sitio de un antiguo foro antiguo, revelando un buen ejemplo del gótico nueva mezcla. Construido en el siglo XII, que revela los visitantes fuera de una portada románica del siglo XII junto a una pared romana o una hermosa gótica portal XV coronada por un campanario octogonal. Difícil no darse cuenta de las estatuas de la fachada reemplazado en el siglo XIX, con la excepción del muelle de la Virgen y el Grand Saint Michel, que son originales.

En el interior, admirar la mezcla de géneros, incluyendo el friso inspirado por los antiguos y corintio sombreros, nave gótica y vidrieras moderno o el claustro de finales del siglo XII y galerías con columnas talladas. Obra maestra de la ciudad de Aix, el tríptico de la zarza ardiente se considera una de las más famosas pinturas europeas del siglo XV. Por Nicolás Froment hecho para el Carmelo a petición del rey René, es visible en algunos días en la catedral. La catedral de Saint-Sauveur también tiene la distinción de ser la primera catedral en Francia conectada con piedras interactivas para trazar la historia de los lugares.

Como era hora de almorzar buscamos un restaurante céntrico y nos pudimos resguardar de la lluvia constante; una vez terminado decidimos volver a Marsella y dirigirnos con el coche hasta la Basílica Notre Dame de la Garde. Si fuera necesario presentar a Notre Dame de la Garde en pocas palabras, sería: más de 800 años de peregrinación, 157 metros de altura, una vista impresionante sobre toda la ciudad Foceana y el símbolo de una ciudad entera.

La que llamamos la Bonne Mère ha vivido tres vidas. Construida por primera vez en 1214 -en la época era una pequeña capilla- fue reconstruida en el siglo XV antes de ser destruida de nuevo en 1853, para dar paso a una basílica más grande. El objetivo era, pues, disponer de un lugar lo suficientemente grande como para acoger a los peregrinos, cada vez más numerosos desde la aparición del cólera.

En el interior, los materiales utilizados son de gran esplendor: mármol blanco de Carrara y mármol rojo de Brignoles junto a mosaicos de estilo bizantino. Bajo la basílica, la cripta fue excavada directamente en la roca. Se terminó antes de la basílica. La diferencia de estilo entre la cripta y la basílica es notable: por un lado, la basílica con su decoración muy rica y dorada; por otro, la cripta y su decoración muy sobria, sin pinturas ni ornamentos.

 

Este monumento de Marsella está situado en la colina más alta cerca del Puerto Viejo, a una altitud de 150 metros. El campanario de Notre Dame de la Garde alcanza una altura de 41 metros. La estatua dorada de María que domina la basílica mide 11,20 metros de largo y pesa casi 9.796 kg. Fue fabricada por la empresa Christofle y necesita ser dorada con 500 gramos de oro cada cuarto de siglo.

Su construcción requirió más de 40 años de trabajo. En el interior, las dimensiones se hicieron más modestas: la nave tenía 32,7 metros de largo y 14 metros de ancho. Sus capillas laterales miden 3,8 metros por 5,4 metros cada una.
La Basílica de Marsella: un punto estratégico militar y religioso
. Contrariamente a lo que los visitantes podrían pensar, Notre Dame de la Garde no es una catedral, sino una basílica. Esta obra maestra de inspiración bizantina fue diseñada por el arquitecto Henry Espérandieu. En el interior domina un estilo romano bizantino con piedras decoradas con mosaicos.

En su cima, que alcanza una altura de más de 150 metros, se alza una magnífica estatua de María, protectora de la ciudad y de sus marineros. Muchos exvotos vinieron a testimoniar el apego de la gente de Marsella y de la gente del mar.

 

Si hoy la vista desde la cumbre sigue siendo impresionante, hubo un tiempo en el que la experiencia fue aún más memorable. Hace unos treinta años, los visitantes podían subir por una escalera dentro de la estatua de la Virgen María, que les llevaba a su cabeza. Y así era a través de los ojos de la Bonne Mère que los visitantes podían admirar la ciudad.


 

JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE MARSELLA - LEX BAUX DE PROVENCE - SAINT REMY DE PROVENCE - MARSELLA 

Hoy nos desplazamos a 88kms de Marsella hasta Lex Baux de Provence pueblo medieval que se alza en mitad de la carretera que cruza las colinas de Les Alpilles, a 4 kilómetros de St Remy de Provence y su ciudad romana Glanum. En lo alto de las colinas, vigilando las canteras abandonadas y con la mirada puesta en el mar Mediterráneo, está ciudadela medieval es uno de los destinos turísticos más conocidos de la puerta de la Provence.

Entre Aviñon, Aix-en-Provence y Marsella, la llanura que nace en el Ródano sólo es rota por estas pequeñas estribaciones de los Alpes, Les Alpilles y su continuación el pequeño Macizo del Luberon. Muchos pueblecitos provenzales y la naturaleza que les rodea atraen todos los años a miles de turistas, pero Les Baux de Provenza se lleva la palma.  Gracias a su entorno escarpado y abrupto, al que se llega por una corta pero dura subida a través de los pinares y las afloraciones calcáreas. La piedra fue explotada hasta el siglo pasado y aquí el geólogo Pierre Berthier descubrió el mineral que nombró bauxita en honor al lugar de su descubrimiento en 1821.


Es un típico pueblo provenzal, que sólo se puede visitar a pie. Por lo tanto, tendrán que dejar el coche en el aparcamiento y continuar la visita a pie. Es un placer pasear por estas calles medievales  llenas de vida. Las casas antiguas aún tienen mucho encanto, restauradas con mucho gusto y floración.

Empezando por el más monumental y famoso de estos restos: el Château des Baux. Situado en la cima de un pico rocoso, esta ciudad fortificada fue un elemento estratégico de vital importancia a lo largo de la historia. La fortaleza fue atacada varias veces. El sólido torreón situado en el centro del castillo recuerda su importancia. Acampado en el espolón rocoso de Les Baux, ofrecía una protección natural particularmente eficaz, con escarpaduras que oscilaban entre los 20 y los 45 metros. Además, el sistema de defensa se completaba con una serie de pequeños fuertes con guardias para proteger la zona.

No le faltarán oportunidades para comprar recuerdos de la región. Jabones, lavanda en rama, objetos fabricados con lino, cerámica, pinturas y souvenirs variados abundan en las innumerables tiendas de Les Baux de Provenza.

Tengan cuidado ya que los precios son mucho más altos que en otros lugares de Provenza. Además muchas veces se trata de productos que no han sido fabricados en la Provenza. No se dejen llevar por el consumismo exagerado y tengan paciencia. No les faltarán ocasiones para adquirir productos regionales.

 

Paseando por sus estrechas calles nos encontramos con la Iglesia de Saint-Vincent dedicada a Vincent de Zaragoza, que murió de la persecución en el siglo IV, es románica y su área cuadrada se divide en tres naves, un lapso que se añadieron en el XVII temprano. Dentro de la iglesia, en una de las tres capillas de la izquierda, vemos una de aspecto medieval pero sólo data de 1906. 

Almorzamos en uno de los pequeños restaurantes de esta bella ciudad y por la tarde nos desplazamos a St-Remy de Provence a 11kma de Lex Baux. Se sitúa en un antiguo emplazamiento celto-ligur que fue sucesivamente poblado por todas las poblaciones de la antigüedad. La existencia de fuentes y canteras, el hecho de ser un cruce de caminos y el ser un santuario religioso harán que sea pronto helenizado. Después los romanos al conquistar lo que hoy es Provenza y Francia, ocuparán el lugar creando la ciudad romana de Glanum. El casco antiguo posee edificios y restos romanos, románicos, medievales y del renacimiento y la ilustración, por lo que visitarlo, recorrer simplemente sus calles ya supone un viaje en el tiempo, un paseo por un museo vivo bajo la luz de la Provenza.

En la Edad Media, Saint-Rémy floreció y se convirtió dotado de murallas y una ciudad rica con muchas hermosas mansiones de la época del Renacimiento no era el lugar de nacimiento de Nostradamus. Se centra principalmente en la agricultura en el siglo 19 y los cultivos industriales condujo a la prosperidad de muchos comerciantes familias campesinas burguesa. Pronto, la ciudad atrajo a artistas, escritores y músicos. Vincent van Gogh, que vivió allí desde mayo 1889 a mayo 1890, atraído por la luz y los paisajes, incluyendo pintadas casi 150 pinturas. Desde aquellos tiempos, el encanto de Saint-Rémy ha dejado de operar.


VIERNES 16 DE SEPTIEMBRE MARSELLA - CASSIS - LA CIOTAT - MARSELLA 

Hoy nos desplazamos hasta Cassis a 27 kms de Marsella, al ser una zona de costa muy transitada se tarda alrededor de 50 minutos.




La ciudad de Cassis se encuentra entre Marsella y La Ciotat, justo después de que LesCalanques terminen. Al final de esos fiordos del midi que debieron ser refugio de contrabandistas y bandidos se encuentra una bahía y un coqueto puerto pesquero que dan paso a una pequeña ciudad que va ascendiendo hacia el macizo calcáreo. Así es Cassis, un marco perfecto para sentirse libre frente al Mediterraneo. 

Conocida en Francia por dar nombre al licor de su mismo nombre (licor dulce hecho de un tipo de frutillas silvestres con sabor parecido al pacharán español), Cassis es también uno de los referentes turísticos para los Marselleses.

Cassis es un pequeño y pintoresco poblado, en la renombrada costa azul en el sur de Francia. Este distinguido puerto en el mediterráneo cercano de la ciudad de Marsella; alberga un parque natural como pocos en el mundo: El  parque natural de Calanques. Calanques se puede traducir como calas o acantilados, donde la tierra se une al mar de manera abrupta.

 

Visitar Cassis y sus calanques, es poder disfrutar de  playas en colores turquesa, hacer senderismo o sencillamente apreciar  de los paisajes costeros más impresionantes.

El parque fue creado en el 2012, con el objetivo de la protección durable  del patrimonio natural; de cara al turismo y para evitar la construcción masiva de las costas. La entrada al parque es abierta a un número controlado de visitantes y con reglas ecológicas bien estrictas.

Cassis es un pequeño puerto, pueblo de vacaciones de playa y verano. Elegirlo significa disfrutar de un panorama único con el Cabo Canaille, primer espolón rocoso del macizo de Las Calanques. Los acantilados de Soubeyranes llegan a los 360 metros de altura y abren el territorio del Parque Nacional. Los acantilados de Soubeyranes son los más altos de Francia. Ocupan cuatro de los nueve kilómetros de Costa entre Cassis y La Ciotat. Sólo las estrechas Calanques rompen ese macizo con sus estantes afilados y tapizados de aguas turquesas.

Las Calanques son una especie de rías que parecen fiordos pequeños, aunque no lo sean. El mar ha creado estas hendiduras en el macizo granítico o calcáreo aprovechándose de las fallas y las grietas de la roca. Teniendo en cuenta que la zona está sometida a un rudo clima mediterráneo en donde se acumulan los días secos y caluros, interrumpidos sólo por lluvias torrenciales en otoño y primavera, la erosión ha tallado con dureza el paisaje, árido y pedregoso, duro pero inmensamente bello.

El mar con sus azules tan vivos y el cielo la mayor parte del año disponible, aumentan el placer de practicar trekking o de pasear simplemente.

 

Continuando por la costa nos dirigimos a La Ciotat a 13 Kms de Cassis. La Ciotat se encuentra en medio de un gran abismo, llamado Golfo de Amur, 33 km de Marsella y a 40 km de Toulon.

Se encuentra en el corazón de las Calas Parc des. Sus dos arroyos, que son los Mugel y Figuerolles difieren de los de Cassis por sus formas típicas de color rojo (el pico de águila, cabeza de perro).

Es una ciudad costera que merece toda una mañana, como fuimos por la tarde paseamos por la zona del puerto y descansamos tomando un café en una de las terrazas.

Volvimos por la tarde a Marsella y nos dirigimos hasta el Puerto Viejo, para dar un paseo. 



El Puerto Viejo, que ha perdido su dimensión económica central, se ha convirtiendo en un centro social y cultural de la ciudad. El tradicional mercado de pescado y sus barcos de pesca conservan la imagen de una ciudad frente al mar. Los bares y restaurantes a ambos lados del río lo convierten en un lugar imprescindible para pasear.

En el paseo pasamos por delante del Hotel de la Vila. La gente de Marsella rápidamente lo apodó "la logia" en referencia a la loggia en italiano, que refleja la influencia de los palacios genoveses de la época. Se divide en dos partes: la parte original, compuesta por el Pabellón de Puget, que es la parte que da al puerto. Tiene un balcón con una magnífica vista sobre La Bonne Mère y el Puerto Viejo, que pertenece a la alcaldía. El Pabellón está conectado con el Pabellón Bargemon por una especie de arco situado en la fachada posterior del edificio.

Llama la atención por haber sabido conservar todo el sabor tradicional, en gran parte gracias a los monumentos que hay alrededor; y es que antiguamente, la vida se hacía en torno a este lugar, que ahora se ha transformado poco a poco en el puerto deportivo de Marsella.

SÁBADO 17 DE SEPTIEMBRE MARSELLA - ARLES - NIMES - MARSELLA

Hoy nos desplazamos a Arles a 95 kms de Marsella.  Lo primero que hicimos es dirigirnos a al oficina de turismo situada en el numero 9 Boulevard des Lices Antigua ciudad romana, posee numerosos monumentos de esa época: el anfiteatro y varios templos. Además fue una importante ciudad medieval. Por último, a finales del siglo XIX y principios del XX fue ciudad de veraneo y descanso de algunos de los pintores más importantes de la historia. Grandes del impresionismo y las vanguardias, como Van Gogh, Renoir, Matisse, o Picasso vivieron o pasaron por Arlés.

Llegamos hasta la Plaza de la República donde está ubicado el Ayuntamiento El palacio consistorial de Arlés es la sede del ayuntamiento de Arlés. Es un edificio terminado en 1676, ​ la mayor parte del cual ahora está clasificado como monumento histórico.


En esa misma plaza se encuentra la iglesia y claustro de Saint-Trophime Ejemplo del románico y gótico provenzal. Se sitúa en pleno corazón de la ciudad, en la plaza del ayuntamiento junto al obelisco. La iglesia y sus dependencias se construyeron en dos momentos, primero en el siglo XII y después en el XIV. Por ello combinan el estilo románico y gótico. La iglesia debe su nombre a un prestigioso obispo arlesiano, San Trophime.

El claustro de San Trófimo es un claustro perteneciente a la antigua catedral de Arlés data de los siglos XII y XIV. La ubicación de este claustro es inusual porque no está unida a la nave ni al crucero. Se comunica con el coro a través de una escalera de veinticinco escalones. 

Es el principal de los edificios canónigos de la ciudad episcopal.
A partir del siglo XII, el espacio al sur de la catedral Saint-Trophime es ocupado por dos grandes conjuntos: por una parte, el palacio del obispo, por otro, el claustrum, un espacio reservado a la comunidad de los canónicos "lo que viven según la ley de la iglesia".
En ese época, el Cabildo de Arles está afectado por la reforma gregoriana.
Esta trata de imponer una regla de vida común a esos clérigos encargados de asistir al obispo y de gestionar los bienes de la iglesia. Se realiza pues la construcción de edificios conventuales organizados en torno a un claustro.


Las dos primeras galerías, románicas, de este último, presentan esculturas de una calidad excepcional, verdaderos florones del arte románico provenzal.

El edificio se completará en el siglo XIV con dos otras galerías de estilo gótico.
Las modificaciones posteriores de la ciudad episcopal conservarán el claustro y sus salas adyacentes. A pesar del tiempo, la erosión pluvial y la contaminación atmosférica dañarán estas joyas del estatuario medieval.

 

Nuestra siguiente visita fue el Teatro Romano. Este edificio fue construido durante el gobierno de Augusto al final del I siglo a. C. Como en todos los teatros en él se representaron durante el apogeo del Imperio las obras de los clásicos griegos revisitadas por los autores latinos. Progresivamente, con la decadencia pasaron a primar las obras más satíricas o sencillamente vulgares, donde la risa fácil se mezclaba con la obscenidad y la escatología.

La cávea de 33 hileras de asientos podía acoger a 10.000 espectadores lo que muestra, junto al anfiteatro, la importancia de la ciudad. El muro de la escena era un elemento de propaganda, dominado por las estatuas del Emperador. De éste, no quedan más que dos columnas y otros restos arqueológicos que pueden verse en el Museo de Arlés antiguo.

Hoy en día ha sido rehabilitado y se utiliza para representaciones, para disfrutarlo en las cálidas noches del verano arlesiano.

Cerca se encuentra el Anfiteatro, es junto al de Nimes el mejor conservado de Francia y, como aquél, se utiliza para espectáculos diversos, incluso las corridas de toros. Fue construido en la ladera norte de la colina de la Hauture hacia el 90 a.C.

Este anfiteatro podía acoger a unos 20.000 espectadores. Está tallado en la roca sobre la parte alta de la ciudad, aprovechando el desnivel. El Anfiteatro se apoya en una vasta plataforma de 136 metros de largo y 107 de ancho.

Está formado por dos arcadas superpuestas y alcanza los 21 metros de altura. Ocupa el puesto numero 20 entre los anfiteatros más grandes del mundo romano. Los combates de gladiadores y fieras tuvieron lugar hasta el final del siglo V. Durante la Edad Media, como muchos otros recintos romanos, servirá de fortaleza y en su interior se construirán más de 200 casas y dos capillas. 

Habrá que esperar hasta 1825 para que su interior recupere el aspecto original. Prosper Mérimée, gran activista y amante del pasado clásico será el impulsor de su recuperación, siendo catalogado como monumento histórico allá por 1840.

Nuestra última parada de esta bonita ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco fue los Baños de Constantino, se construyeron al borde del río, en el siglo IV d.C. y se componían de varios edificios. Los restos que hoy podemos ver forman parte de un vasto conjunto construido en el siglo IV d.C. Se puede observar aún el emplazamiento de las salas de agua caliente, las piscinas y el mecanismo de ventilación del aire caliente que circulaba entre los muros a través de conductos de ladrillos huecos.


La construcción un ábside semicircular iluminado por tres ventanas altas y cubierta por una bóveda, alternaba el ladrillo y la piedra calcárea. Al sur de esta parte se encontraban las salas templadas y frías, la palestra y el gimnasio.

Después de comer nos dirigimos a Nimes a 33 kms de Arles, en particular a su oficina de turismo situada en el numero  6 Rue Auguste. Sin duda, lo más sorprendente de Nimes es su contenido romano, maravillosamente conservado, sintetizado especialmente en la Maison Carrée y en el Anfiteatro. Al llegar estaban de fiesta y todo el centro era un ir y de venir de grupos cantando y pasándoselo bien. 

Con 133 metros de largo por 101 de ancho y 21 metros de altura de fachada, el anfiteatro de Nimes es el mejor conservado del mundo.  Dos niveles con 60 arcadas cada uno integran este magnífico coso, en el que acudían hasta 24.000 espectadores para presenciar los juegos de hace dos mil años: combates con fieras y duelos de gladiadores.  Pasado el inicio del siglo V, se prohibieron los combates de gladiadores y el lugar se transformó en una fortaleza visigoda, con unas torres y una ronda suplementarias. Pasada esta época, en el medioevo se llegó a habitar el espacio. En el siglo XVIII vivían allí 700 personas. Pero en el siglo XIX se restauró el edificio, y se volvió a reutilizar para las corridas de toros.


En la actualidad se le ha dotado de un techo desmontable que permite su utilización en toda época, con lo que el viejo anfiteatro es lugar de corridas taurinas, desfiles y festivales de música. No pudimos entrar en al Anfiteatro porque había programadas corridas de toros.

Nuestra siguiente visita fue la Maison Carrée. Es un sólido edificio cuadrangular (de ahí el nombre de MaisonCarrée o casa cuadrada, utilizado desde el siglo XVI), que imitó el templo de Apolo de Roma, donde sobresale la estructura armoniosa. 


La fachada presenta una amplia escalinata que permite acceder al podio, sobre el que se levantan las seis columnas vigorosas, acanaladas, coronadas por capiteles corintios y un frontón. 

El templo era elemento fundamental del foro, zona pública de la que aún se ven restos de la columnata del pórtico, en la misma plaza en la que se halla el excelente edificio.  Subiendo los 15 peldaños de la escalinata se llega al pórtico que precede a la cella donde se rendía culto a las divinidades, ahora dedicada a mostrar elementos vinculados al pasado romano del lugar.

Disfrutamos de la fiesta y ya por la tarde regresamos Marsella a 123 kms.

DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE MARSELLA: CATEDRAL SANTA MARIA LA MAYOR, CENTRO DE LA VIEILLE CHARITE, BASILICA DE SAN VICTOR, PALACIO DE LONGCHAMP

Hoy nos quedamos todo el día en Marsella y cogimos transporte público hasta la Catedral. La Catedral de la Major se compone en realidad de dos iglesias que se han superpuesto de alguna manera: la antigua y la nueva Major. Se encuentra en una explanada a la entrada del puerto y cerca de la base de la antigua Marsella, donde se han construido edificios religiosos desde el siglo IV.


La antigua Major es la iglesia más antigua de Marsella. Fue edificada en el siglo IV antes de ser reconstruida en los siglos XI y XII tras los ataques de los sarracenos. Es una catedral de arquitectura románica construida con piedras rosadas de las canteras de La Couronne. Se compone de un coro, una bóveda con cúpula y media cúpula. El campanario fue añadido en el siglo XIV.

La construcción de la nueva Catedral comenzó el 26 de septiembre de 1852. La primera piedra fue colocada por el mismo Napoleón III! La construcción duro más de 40 años y se termino en 1893. Durante la construcción de la nueva catedral se descubrió un baptisterio paleo-cristiano. Data del siglo V. De forma cuadrada, incluye un altar y está decorado con magníficos mosaicos. La Major combina los estilos romano y oriental, abriendo así una puerta cultural hacia el este.

También tiene campanarios y cúpulas. Una vez dentro, se puede admirar su arquitectura única y majestuosa: las arcadas bizantinas, estatuas y magníficos mosaicos. Los materiales elegidos son iguales a su exceso: mármol blanco de Carrara, pórfido, ónix de Italia y Túnez, mosaicos de Venecia y piedras verdes de Florencia.

Bajo los arcos, 7 estatuas representan a Jesús, rodeado de 3 de sus apóstoles: Pedro, Pablo y Lázaro, y 3 de sus discípulos Marta, Maximín y María Magdalena. Por último, en la explanada se encuentra la estatua de Monseñor de Belsunce, figura emblemática de la época de la Gran Plaga que asoló Marsella en 1720.

Varios arquitectos se sucedieron a lo largo de la construcción. Léon Vaudoyer, padre del historicismo, diseñó la planta de cruz latina en estilo romano-bizantino. En 1872, Henri Esperandieu lo reemplazó, hasta que en 1874 fue reemplazado por Henri Antoine Révoil, quien terminó de completar la catedral. El 30 de noviembre de 1893 entregó oficialmente las llaves a Mons. Jean-Louis Robert. Las dimensiones finales de la Catedral de la Mayor la convierten en una de las catedrales más grandes del mundo: 142 metros de largo, 60 metros de altura de sus torres, 20 metros de altura de su nave y 70 metros de altura de su cúpula central y más de 17 metros de diámetro. Testimonio de la historia de Marsella, fue clasificada como monumento histórico en 1906.

Desde aquí nos fuimos a visitar la zona de Le Parnier, es el barrio más antiguo de Marsella e, incluso, fue aquí donde vivió Napoleón con su familia. Actualmente, este es un barrio multicultural, lleno de galerías de arte, tiendas de ropa vintage, restaurantes de gastronomía norteafricana, plazas y terrazas. Todo ello entre sus pequeñas y enredadas calles.

Algunos de los lugares a destacar en este barrio son:

Place des Moulins, con tres molinos del siglo XVIII

Place de Lorette, donde está la galería de arte Vidéochroniques y un antiguo hospital convertido en el restaurante Place Lorette, que sirve deliciosa comida entre arquitectura marroquí.

Rue Le Panier es el eje principal del barrio y por donde pasarás seguro.

Lugar emblemático de la antigua Marsella, la Vieille Charité se encuentra en el el barrio Le Panier, que es el centro histórico de la ciudad. Se puede visitar desde la rue de la Charité, cerca de la Catedral de la Major, en el 2º distrito. El complejo también cuenta con no menos de 4 museos, el mínimo para un lugar tan cargado de historia como éste. Pero en esa época, era el lugar donde se encerraban los mendigos de la ciudad Foceana. Todo comenzó en 1640, tras un edicto real destinado a "encerrar a los pobres y mendigos", el municipio decidió construir la Vieille Charité para acoger a los más desfavorecidos. El proyecto estaba en dificultades y fue en 1670 que Pierre Puget, un joven local y arquitecto del Rey, dibujó los planes de lo que fue uno de sus mayores logros. La construcción se extendió de 1671 a 1745. El edificio acogió a los mendigos de la ciudad durante más de un siglo hasta la Revolución Francesa, momento en el que se convirtió en hospicio. En 1905, La Vieille Charité fue utilizada por el ejército. Luego, en 1922, se utilizó como alojamiento social para las personas cuyas casas habían sido destruidas.

En 1943, acogió a algunas familias que habían sido evacuadas antes de la destrucción del Puerto Viejo por los alemanes. Casi abandonado a principios del siglo XX, fue Le Corbusier quien informó al municipio del mal estado del edificio. Por lo tanto, decidió restaurarlo. En 1951, la capilla y el hospicio fueron clasificados como monumentos históricos. Y en 1961, los trabajos de restauración comenzaron y duraron casi 25 años después de que todos los residentes hubieran sido realojados.

Hoy en día, este monumento de Marsella se ha convertido en un centro polivalente que reúne numerosas estructuras culturales. Lo que hace de Marsella un lugar único en muchos sentidos es, en primer lugar, la calma y la belleza del lugar, radiante. El estilo arquitectónico es representativo del siglo XVII con la magnífica Capilla de Puget de estilo barroco con su corte ovoide. La fachada frontal del edificio es del estilo del Segundo Imperio y está decorada con el tema de la caridad.  La unidad de estilo es perfecta, los edificios construidos en piedra rosa y blanca extraída de la cantera de la Corona al norte de Marsella. El edificio tiene 4 alas, abiertas al interior y con vistas a la Capilla. Tienen 3 niveles unidos por galerías.

Más que un museo, la Vieille Charité es una verdadera invitación a la relajación y al descanso. Un viaje a través del tiempo que se complementa con tantas pequeñas paradas culturales. Además de las exposiciones permanentes y temporales de los museos, el centro cuenta con un cine, una librería, un bar restaurante y un centro de poesía. Hay mucho que hacer entre el Museo de Arqueología Mediterránea, el Museo de Artes Africanas, el Museo de Artes Oceánicas y el Museo de Artes Amerindias. Se trata de un lugar absolutamente esencial en Marsella. Después de una breve visita al barrio Le Panier, podrán disfrutar de la atmósfera única de la Vieille Charité, una reliquia de la historia de Marsella.

Comimos en esta zona y nos relajamos por sus calles para coger fuerzas y continuar hasta la Abadía de San Victor, monumento religioso, cultural y simbólico, la Abadía de Saint Victor es única y una reliquia de la historia de Marsella. De hecho, inscrita en el registro de monumentos históricos en 1840, es un tesoro de la época cristiana temprana y de la arquitectura románica. Es una de las iglesias más bellas de la ciudad y es un lugar privilegiado para rezar en Marsella.

 

La Abadía de Saint Victor, una joya de la arquitectura. A partir del siglo V, el lugar estaba ocupado por una capilla, que en el siglo XI se transformó en cripta durante el periodo románico. El edificio está fortificado y contiene sarcófagos cristianos primitivos en la cripta que se puede visitar. Nada deja indiferente a nadie, que sea la arquitectura o las leyendas, símbolos y creencias asociadas a ella.

Desde un punto de vista arquitectónico, se utilizan dos artes. Arte románico en la nave central con arcos de cañón rotos, mientras que el arte gótico se encuentra en las naves, crucero y coro. La vista del puerto desde el lugar es absolutamente magnífica y casi vale la pena el recorrido por su cuenta. Finalmente cómo no caer bajo el hechizo de este lugar cargado de historia. Muchas tradiciones y actividades culturales están asociadas con St Victor. Mencionemos en particular la tradicional procesión de las candelas con la bendición de las Navettes que se compran en la panadería cercana.

Se organizan numerosas actividades culturales, artísticas y arqueológicas, en particular el Festival de Música Clásica de Saint Victor, de renombre internacional. 

En la cripta de Saint Victor podemos ver la "cueva de San Lázaro y Santa María Magdalena" y una silla tallada en la roca en la que predicaba. María Magdalena se retiró a la árida montaña de Sainte Baume (Baume significa cueva en provenzal). La cueva de Marie Madeleine en Sainte Baume también está abierta a los visitantes.


 

Al salir de la Abadía tenemos una vistas privilegiadas al Puerto Viejo.

 

Por la tarde nos fuimos a visitar el Palacio de Longchamp Estamos ante un complejo palaciego que destaca por tener un estilo neoclásico-segundo imperio. Es tan sumamente importante, tanto a nivel histórico, arquitectónico como cultural, que es considerado como uno de los monumentos más emblemáticos de Marsella. ¡Y no es para menos!

Esta edificación recibe el curioso nombre de “château de agua”, y todo por su función original. Además, consta de diversas entidades. En primer lugar, del pabellón-torre de agua central, del agua extraída del Duran para abastecer a Marsella. Por si fuera poco, se encuentra el Museo de Bellas Artes así como el Museo de Historia Natural de Marsella.

En el Palacio Longchamp encontramos un jardín público justo delante, pero también un parque detrás. En este punto, de hecho, no solamente encontramos un jardín botánico y un jardín zoológico, sino también nada más y nada menos que el Observatorio de Marsella. Uno de los puntos a destacar respecto al Palacio de Lonchamp es que es considerado como monumento histórico de Francia desde 1974.

 

El edificio, creado para celebrar la llegada del agua por el Canal de Marsella, valoriza este elemento a través de su arquitectura y composición. El problema del agua ha sido durante mucho tiempo un problema importante en Marsella. El 8 de julio de 1947, las aguas llegaron a la planicie de Longchamp desde el Durance. Como resultado, toda Marsella se transformó. En esta ocasión, el arquitecto Henry Espérandieu (a quien debemos la Basílica de Notre-Dame de la Guardia en particular) elaboró un ambicioso proyecto que incluía una fuente monumental rodeada de dos alas igualmente imponentes.

 

Hoy en día, la gente de Marsella viene aquí en busca de un poco de paz y tranquilidad durante una pausa a la sombra, mientras que los turistas caminan por sus senderos con los ojos bien abiertos frente a majestuosidad que refleja toda la belleza de la historia de Marsella.

Después de esta relajante visita regresamos al hotel para descansar, pensando en mañana en  la vuelta a casa.

LUNES 19 DE SEPTIEMBRE MARSELLA - LOUMARIN - AEROPUERTO

Nos levantamos temprano con la intención de aprovechar el día. De camino aeropuerto nos pasamos por un pueblo encantador, Lourmarin. Está situado entre dos valles: el valle del río Durance y el valle Calavon. El pueblo está situado a la entrada de un pasaje excavado por el río Aiguebrun en las montañas de piedra caliza de Luberon. Se encuentra entre los pueblos más bellos de Francia.

Lourmarin tiene un gran número de tiendas, restaurantes y una amplia variedad de galerías de arte de diferentes estilos.

Lourmarin, su fama, se debe en parte a su gastronomía, Reine Sammut, mujer líder desde 1975, está decorado con una estrella Michelin. También es famoso por dos grandes escritores del siglo XX que vivían y están enterrados aquí. Albert Camus (La Peste, a los extraños) y Henri Bosco (El Breve del río, Asno y Niños). Ambos escritores han elegido Lourmarin por varias razones, entre ellas la tranquilidad que reina en este lugar que disfruta de la naturaleza virgen.

Sin más tiempo para disfrutar de la Provenza Francesa, nos fuimos a casa con las ganas de volver.

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