Esta es mi primera entrada a esta nueva aventura de crear un blog y compartir nuestras experiencias de viajes. En particular este viaje nos lo regaló nuestros dos hijos para Reyes y la verdad nos quedamos un poco aturdido cuando lo vimos ya que pensábamos que nos querían mucho, pero nos mandaban al norte de Alemania a Bremen en el mes de enero con el frío y la nieve y nosotros venimos de un pequeño pueblo de Cádiz, con unas temperaturas medias todo el año envidiable.
Pero como somos aventureros aceptamos el reto; siempre con el handicap de nuestra situación geográfica, ya que para conectar vuelos internacionales tenemos que desplazarnos a Sevilla, Málaga o Madrid. En este caso nuestro avión salía muy temprano desde Málaga hasta Bremen con la compañia Ryanair.
PRIMER DÍA: MÁLAGA - BREMEN 27-01-2011
Salimos de Rota muy temprano a las 4 de la mañana para llegar al aeropuerto de Málaga más o menos a las 7. Dejamos nuestro coche en Novoparking un parking que está a 5 minutos del aeropuerto y que amablemente te llevan y te recogen. Nuestro vuelo salía a las 9 de la mañana por lo que llegamos a Bremen a medio día. Habíamos alquilado a través de Rentalcar un coche para los cuatro días y lo recogimos en el mismo aeropuerto.
Nuestra primera aventura era saber si el navegador que traíamos de casa con todos los datos metidos nos iría bien, la angustia duró unos cinco minutos, el tiempo que tardó en conectarse a los satélites y desde allí nos dirigimos a los Apartamentos Roma, un apartamento que habían alquilado por internet nuestros hijos, siendo un acierto pleno, ya que estaba cerca del centro, era muy acogedor con una pequeña cocina y decorado por la dueña con mucho gusto y con trampantojos por varios sitios
Desde aquí nos dirigimos al centro de Bremen a la oficina de turismo que estaba en Findorffstrasse
105, con un plano y lo que traíamos preparado de casa nos dispusimos a recorrer esta pequeña pero hermosa ciudad de los músicos de Bremen.
Si por
algo es conocida esta ciudad es por el célebre cuento de los Hermanos Grimm.
En pleno centro de Bremen, junto al Ayuntamiento, está la estatua de los
cuatro músicos: un burro, un gallo, un perro y un gato. Cuenta la tradición que
si tocáis las patas delanteras del burro y pedís un deseo éste se os cumplirá.
Tanto es así que de tanto tocárselas el burro tiene las patas bastante
brillantes.
Como hacía mucho frío, varios grados por debajo de cero, nos abrigamos hasta las cejas y a recorrer la Markplatz que es la
plaza principal de la ciudad, donde se halla el Ayuntamiento y la Catedral de
Bremen. Realmente es una de las zonas más monumentales de la ciudad, albergando
edificios de hasta siete siglos diferentes y el comienzo de cualquier visita en
la ciudad. Sentaros en alguna de sus terrazas y disfrutar de la vista, centro
social de Bremen y lugar donde se celebran muchas fiestas locales.
En el centro de la Markplatz está la Estatua de Rolando, se trata de uno de los monumentos más conocidos y
emblemáticos de Bremen. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
en el 2004. Tiene diez metros de altura, la estatua de Roland más grande de
Alemania. Esta estatua es símbolo de la libertad y los derechos de Bremen. Fue
construida en 1404, ya que la anterior de madera fue quemada en 1366. Una foto
junto a la estatua es imprescindible en Bremen.
El edificio del Ayuntamiento de Bremen (en alemán Bremer Rathaus) es uno de los más importantes ejemplos de arquitectura gótica en Europa. En el año 2004 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con la Estatua de Rolando. El edificio es sede del Senado, del presidente del Senado y del alcalde del la ciudad hanseática de Bremen. El ayuntamiento está localizado en la plaza del mercado (Marktplatz) en la parte vieja de la ciudad. Enfrente, atravesando la plaza, se encuentra el edificio Schütting de la asociación de comerciantes. Directamente enfrente se levanta la Estatua de Rolando, el símbolo de la ciudad. A la derecha se encuentra la Bremen con sus dos altas torres, un monumento al canciller Otto von Bismark y la Casa de los Ciudadanos (Bremische Bürgerschaft). A la izquierda está la iglesia de Nuestra Querida Señora (Unser Lieben Frauen). En la fachada oeste se halla la escultura de Los Músicos de Bremen realizada por Gerhard Marcks.
Desde aquí nos dirigimos al Barrio de Schoorn, es el barrio más antiguo de Bremen, centro histórico de
la ciudad y uno de los más bonitos de Alemania. Este barrio se presenta en
forma de callejuelas estrechas y empedradas, llenas de pintorescas casas
tradicionales alemanas de los siglos XV y XVI, junto con tiendas y antiguas
tabernas. Son calles románticas en las que perderse y saborear lo típicamente
alemán. Pasear de noche o a la caída de la tarde resulta una experiencia
maravillosa.
Almorzamos y nos dirigimos a la rivera del río Weser paseamos por la zona y como el frío estaba haciendo mella nos dirigimos hacia la calefacción central y la calidez de nuestro apartamento que además tenía televisión por satélite.
SEGUNDO DÍA: BREMEN - HANNOVER - HAMELIN - SPRINGE 28-01-2011
Como es habitual en nuestros viajes nos levantamos muy temprano desayunamos y nos encontramos con la experiencia nueva de tener que quitarle el hielo a los cristales del coche ya que estábamos a -7 grados, ni que decir que el coche llevaba ruedas de invierno. pusimos la calefacción del coche a tope y nos dirigimos a Hannover a 122 km.
En la
Edad Media Hannover era apenas un pequeño asentamiento a orillas del Río Laine.
La función de ese pueblo era la de proteger a los duques de Roden, pero poco a
poco el pueblo fue convirtiéndose en centro comercial y ya en 1241 se la empezó
a conocer como “ciudad de Hannover”. Su nombre deriva de la palabra hanovere,
que significa orilla elevada.
Esta nueva ciudad nunca detuvo su crecimiento. En la primera mitad del siglo XVII, fue designada capital de la dinastía güelfa, proveniente de los duques de Baviera de Italia, los que se denominaban Welf y que por deformación fonética terminaron llamándose güelfos.
Más y más reinados pelearon por incluir a Hannover dentro de sus dominios. La ciudad fue cuna de la familia real a la que perteneció Ernesto Augusto I. Su hijo heredó el trono inglés con el nombre de Jorge I en 1714, por lo que ambos territorios quedaron unidos hasta 1837. En 1917, los sucesores de esta familia cambiaron el nombre por el de la Dinastía Windsor.
En 1866, después de ser ocupada por los franceses y de quedar ligada a Inglaterra, el Reino de Prusia consiguió invadirla en la guerra austro-prusiana y convertirla en una de sus provincias. Fue arrasada en la Segunda Guerra Mundial por los bombarderos aliados. Aún así, en 1946 fue designada capital de Baja Sajonia y emprendió su irrefrenable recuperación.
Desde ese momento no paró de crecer. Combina actualmente todo lo que hace a una gran ciudad comercial, con sus espaciosos jardines y una vida cultural rica. Sin embargo, lo más importante de Hannover son las ferias y congresos que se desarrollan continuamente dentro de la ciudad. Miles de personas llegan a diario para participar de estos eventos, por lo que se puede decir que Hannover está muy acostumbrada a recibir nuevos visitantes. Todo está listo para que los viajeros disfruten por unos días el encanto de esta ciudad.
Esta nueva ciudad nunca detuvo su crecimiento. En la primera mitad del siglo XVII, fue designada capital de la dinastía güelfa, proveniente de los duques de Baviera de Italia, los que se denominaban Welf y que por deformación fonética terminaron llamándose güelfos.
Más y más reinados pelearon por incluir a Hannover dentro de sus dominios. La ciudad fue cuna de la familia real a la que perteneció Ernesto Augusto I. Su hijo heredó el trono inglés con el nombre de Jorge I en 1714, por lo que ambos territorios quedaron unidos hasta 1837. En 1917, los sucesores de esta familia cambiaron el nombre por el de la Dinastía Windsor.
En 1866, después de ser ocupada por los franceses y de quedar ligada a Inglaterra, el Reino de Prusia consiguió invadirla en la guerra austro-prusiana y convertirla en una de sus provincias. Fue arrasada en la Segunda Guerra Mundial por los bombarderos aliados. Aún así, en 1946 fue designada capital de Baja Sajonia y emprendió su irrefrenable recuperación.
Desde ese momento no paró de crecer. Combina actualmente todo lo que hace a una gran ciudad comercial, con sus espaciosos jardines y una vida cultural rica. Sin embargo, lo más importante de Hannover son las ferias y congresos que se desarrollan continuamente dentro de la ciudad. Miles de personas llegan a diario para participar de estos eventos, por lo que se puede decir que Hannover está muy acostumbrada a recibir nuevos visitantes. Todo está listo para que los viajeros disfruten por unos días el encanto de esta ciudad.
Lo primero que hicimos a llega a Hannover es buscar la oficina de turismo que se encuentra en
Ernst-August-Platz 8, y desde allí cogimos una ruta pintada de color rojo en el suelo que te muestra los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Empezamos por el Ayuntamiento para
tener una bonita vista de la ciudad, sólo debes subir al ascensor que lleva
hasta la cúpula a cien metros de altura en el Nuevo Ayuntamiento. La vista
panorámica es ideal para tomar fotografías y ver desde una altura
privilegiada lo más sobresaliente de Hannover.
Como hacía tanto frío dimos un recorrido por los edificios más emblemáticos intentando estar en interior el mayor tiempo posible, visitamos la Marktkirche construida
en el siglo XIV, Marktkirche es más que una iglesia: es una de las reliquias
históricas de la ciudad. Su estilo gótico se destaca en medio de la amplia
arquitectura de la ciudad. Si te interesa la historia, en el interior de la
iglesia descansan los restos del famoso general Michael von Obertraut.
En el recorrido vimos unas esculturas denominadas la Nanas.
Esta
serie de esculturas fueron expuestas en 1974 a orillas del Laine, como parte de
un proyecto artístico denominado “Strassenkunst” y que provocaron la ira de
gran parte de la
población de Hannover por sus expresiones.
Para almorzar pensamos en desplazarnos y ver un pueblo pequeño, pero con mucho encanto y nos dirigimos hasta Hamelin a unos 48 kms de Hannover. Nada más llegar nos dimos cuenta que tenía estructura de pueblo y que era más acogedor que una gran ciudad. Hamelin es mundialmente conocida por su flautista, ese hombre que
se llevó a los niños con su flauta porqué no quisieron pagarle por sus
servicios de desratización.
Cada año, en esa ciudad que, en algunos de sus rincones, parece que en cualquier momento puede aparecer el señor de la flauta, se representa la historia con más de 80 actores, desde mayo hasta septiembre, todos los domingos.
Cada año, en esa ciudad que, en algunos de sus rincones, parece que en cualquier momento puede aparecer el señor de la flauta, se representa la historia con más de 80 actores, desde mayo hasta septiembre, todos los domingos.
La representación de “El
Flautista de Hamelín” (Rattenfänger) se realiza en la terraza de la
casa de bodas Hochzeithaus, un magnífico escenario al aire libre donde, durante
unos 30 minutos, unos 80 actores dan vida al flautista y los personajes del
popular cuento, ataviados con espectaculares y coloridos trajes que representan
la época de 1280, cuando 130 niños desaparecieron de la ciudad, detrás del
músico desratizador. El espectáculo es gratuito.
Las casas estilo Renacimiento-Weser
ofrecen un encanto especial a Hamelín.
Su casco antiguo ofrece un recorrido
que nos hace sentir, en cada rincón, que la historia sigue presente. Tranquilas
calles peatonales, el monasterio catedral de San Bonifacio, la iglesia
de San Nicolás, la calle Bungelosenstraße, de la famosa leyenda
del flautista, que está presente en cada lugar, en cada rincón.
Las callejuelas del centro de la
ciudad nos ofrecen un rico espectáculo de antiguas casas entramadas, como las
casas Stiftsherrenhaus, Bürgerhaus y Lückingschen.
También hay numerosos edificios en estilo Renacimiento-Weser que admirar,
verdaderas joyas como la casa del Flautista de Hamelín, las casas Leisthaus
y Dempterhaus así como la casa de bodas Hochzeitshaus.
Dos torres y una muralla son otros de los restos que han quedado de la Edad
Media.
Como era la hora de almorzar nos dirigimos a una taberna típica y comimos salchichas con puré de patatas. Después de almorzar como se estaba haciendo de noche nos dirigimos a un pequeño pueblo a 21 kms de Hamelin denominado Springe que tenía todas las casas iluminadas.
Dimos un pequeño paseo por este hermoso pueblo y cogimos el coche camino a Bremen a nuestro acogedor apartamento concluyendo una jornada muy interesante.
Nos levantamos temprano, desayunamos y nos dirigimos a un pequeño pueblo de artista que se encuentra a 29 kms de Bremen su nombre es Worspwede, el camino hasta llegar estaba todo helado y con nieve, una experiencia nueva para nosotros, que como he dicho anteriormente venimos del sur de Cádiz y raramente vemos la nieve. Las casas de este pueblo eran encantadora con un toque muy personal y con unos jardines muy cuidados, aunque no había flores debido a la época del año. En el pueblo había muchas galerías de pintores.
Desde aquí nos dirigimos al norte con la intención de ver el mar del Norte y en particular a una ciudad costera denominada Bremerhaven que se encontraba a 70kms de Worspwede. Nos impacto ver el mar helado ya que estamos acostumbrados a nuestras playas de arena.
Como hacía mucho frío nos metimos en un centro comercial que parecía un submarino, muy grande en donde comimos en un Seafood, unas de las mejores sopas calentitas de mariscos.
Comimos una rica sopa de pescado y pescado en salsa y posteriormente nos dirigimos a Bremen en donde pasamos toda la tarde y pudimos visitar y pasear por sus encantadoras calles.
Se nos hizo de noche y nos despedimos de estos hermosos rincones agradeciendo a nuestros hijos el regalo de Reyes que nos hicieron ya que ha sido una experiencia nueva de viajar, en un mes, en donde por las inclemencias del tiempo no te planteas hacerlo. Gracias a los dos y nos vemos en casa cargados de energias y de ganas de volver a repetirlo.
Al siguiente día solo tuvimos tiempo de prepararlo todo y coger las maletas de vuelta al aeropuerto y a casa. El alquilar el coche te da una libertad y una capacidad de acción que nos lo planteamos para próximos viajes.
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